Ecuaciones con radicales o ecuaciones irracionales


En este tipo de ecuaciones la incógnita se encuentra bajo el signo radical. Nos vamos a ceñir al caso en que la incógnita se encuentra bajo una raíz cuadrada. Para resolver este tipo de ecuaciones se aísla la raíz (o una de las raíces si hay más de una) en uno de los miembros y luego se elevan los dos miembros al cuadrado. Si la ecuación original tiene más de una raíz habrá que volver a repetir este proceso.

En este procedimiento, al elevar al cuadrado ambos miembros de la igualdad, pueden aparecer soluciones que no lo son de la ecuación original y que, por tanto, habría que rechazar. Por ello, en este tipo de ecuaciones es de obligado cumplimiento comprobar todas las soluciones en la ecuación original y rechazar aquéllas que no se adecúen a la misma.

Lo veremos mejor con un par de ejemplos.

Ejemplo 1

En este primer ejemplo resolveremos la ecuación de la imagen superior: 

2x3+1=x

Aislamos el radical restando uno en los dos miembros. Luego elevamos al cuadrado y resolvemos la ecuación resultante:

2x3=x1(2x3)2=(x1)22x3=x22x+1

x24x+4=0x=4±(4)241421=4±16162=42=2

La ecuación de segundo grado anterior se podría haber resuelto sin echar mano de la fórmula pues:

x24x+4=0(x2)2=0x2=0x=2

Ahora comprobamos si esta solución se cumple en la ecuación original.

223+1=43+1=1+1=1+1=02

Por tanto x=2 no es solución de la ecuación 2x3+1=x. Observa que si la ecuación original hubiera sido 2x3+1=x, entonces sí que x=2 sería una solución de esta última.

Ejemplo 2

Resolver la siguiente ecuación:

2x1+x+4=6

Esta ecuación tiene dos radicales. Para resolverla aislamos uno de ellos y elevamos al cuadrado. Luego tendremos que volver a repetir el proceso.

2x1+x+4=62x1=6x+4(2x1)2=(6x+4)2

2x1=3612x+4+x+412x+4=41x

Observa que, tras aislar el primer radical y elevar ambos miembros al cuadrado, la ecuación todavía tiene un radical en el que se encuentra la incógnita. Pues bien, este lo hemos pasado al primer miembro y el resto de términos al segundo, reduciendo los que son semejantes. Ahora volvemos a elevar al cuadrado.

(12x+4)2=(41x)2144(x+4)=168182x+x2

144x+576=168182x+x2x2226x+1105=0

x=226±(226)241110521=51076±44202=226±466562=

=226±2162={x1=4422x1=221x2=102x2=5

Comprobemos ahora si estos valores verifican o no la ecuación original:

22211+221+4=441+225=21+15=366

251+5+4=9+9=3+3=6

Por tanto la única solución de la ecuación original, 2x1+x+4=6, es x=5.

Te propongo, finalmente, que intentes resolver las siguientes ecuaciones con radicales o ecuaciones irracionales:

a) 5x+6=3+2x

b) x+73x=1

c) 25x+x3=0

d) 2x+5x6=4

e) 3x+31=82x

f) 7x+14=5x76

Ecuaciones bicuadradas


Una ecuación bicuadrada es una ecuación de cuarto grado a la que le faltan los términos de grado impar.

ax4+bx2+c=0a0

Para resolverlas se realiza el cambio de variable x2=z, y entonces ocurre lo siguiente:

ax4+bx2+c=0a(x2)2+bx2+c=0az2+bz+c=0

Esta última es una ecuación de segundo grado cuya incógnita es ahora z. Ahora, para obtener las soluciones de la ecuación original hay que deshacer el cambio.

Es decir, si z es una solución positiva de la última ecuación de segundo grado, tendremos dos soluciones x1 y x2 para la bicuadrada:

x2=z{x1=+zx2=z

En el caso de que z=0 sea una solución de la de segundo grado, también x=0 será una solución de la bicuadrada, pues de x2=0 se deduce x=0.

Finalmente, una solución negativa z de az2+bz+c=0 no lleva asociada ninguna solución real de la bicuadrada ya que la ecuación x2=z carece de soluciones reales al ser z<0.

Mejor veamos todo lo anterior con un ejemplo concreto.

Para resolver la ecuación de la imagen que encabeza este artículo, x410x2+9=0, realizamos el cambio de variable mencionado, x2=z, con lo que la ecuación bicuadrada se convierte en la ecuación de segundo grado z210z+9=0. Resolviendo esta última se tiene:

z=10±(10)241921=10±100362=10±642=

=10±82={z1=10+82z1=9z2=1082z2=1

Ahora deshacemos el cambio para obtener las soluciones de la ecuación bicuadrada.

Para z1=9 es x2=9x=9{x1=3x2=3.

Para z2=1 es x2=1x=1{x3=1x4=1.

Te propongo, finalmente, que resuelvas las siguientes ecuaciones:

a) x49x2+20=0

b) 4x45x2+1=0

c) x418x2+81=0

d) (x2+1)2+6=5(x2+1)

e) (2x2+1)25=(x2+2)(x22)

Ecuaciones de segundo grado y de grado superior


Dado un polinomio de grado n,

p(x)=anxn+an1xn1++a2x2+a1x1+a0, an0

nos planteamos como objetivo resolver la ecuación

p(x)=0

Si n=1 la ecuación anterior es de primer grado y la podemos escribir de la forma

ax+b=0

con a0, cuya solución es

x=ba

Si n=2 la ecuación toma la forma de la conocida ecuación de segundo grado:

ax2+bx+c=0, a0

Esta sección no es de necesaria lectura para alumnos de 4º de ESO.

Una manera de obtener la solución se expone a continuación.

Multiplicando por 4a los dos miembros de la igualdad obtenemos:

4a2x2+4abx+4ac=0

Sumando y restando b2 en el primer miembro podemos escribir:

(4a2x2+4abx+b2)b2+4ac=0

Obsérvese que lo que hay en el interior del paréntesis es el cuadrado de la suma 2ax+b. Por tanto, la ecuación anterior la podemos escribir ahora así:

(2ax+b)2=b24ac

Teniendo en cuenta que las soluciones de la ecuación x2=a son x=±a, se deduce ahora fácilmente que:

2ax+b=±b24ac

Despejando x:

x=b±b24ac2a


Para hallar las soluciones se aplica la siguiente fórmula:

x=b±b24ac2a

En la fórmula anterior, la expresión b24ac recibe el nombre de discriminante de la ecuación de segundo grado y se le suele denotar con la letra griega delta mayúscula: Δ=b24ac. Si Δ>0 la ecuación de segundo grado tienen dos soluciones reales, si Δ=0 tiene sólo una (doble) y , finalmente, si Δ<0 la ecuación no tiene raíces reales.

Como ejemplo, resolvamos la siguiente ecuación:

2x2+x26x+38=x2

En primer lugar, para eliminar los denominadores, multiplicamos todos los términos por el mínimo común múltiplo de los denominadores, que es 8:

82x2+x286x+38=8x2

4(2x2+x)1(6x+3)=4x8x2+4x6x3=4x

Ahora pasamos todos los términos al primer miembro para obtener una ecuación de segundo grado en su forma general:

8x2+4x6x34x=08x26x3=0

Y, finalmente aplicamos la fórmula para obtener las soluciones de la ecuación de segundo grado. Tendremos en cuenta que los coeficientes son a=8, b=6, c=3.

x=(6)±(6)248(3)28=6±36(96)16=6±13216=

=6±23316={x1=6+23316=3+3381,093x2=623316=33380,343

Esta sección no es de necesaria lectura para alumnos de 4º de ESO.

Si el grado del polinomio p(x) es tres o cuatro nos encontramos con ecuaciones cúbicas y cuárticas. Las fórmulas y resolución de este tipo de ecuaciones escapa a los objetivos de las matemáticas de secundaria y bachillerato. En cualquier caso, para alumnos que cursen estudios universitarios, recomiendo el sititio Web de Carlos Iborra y sus apuntes sobre las fórmulas de Cardano-Ferrari. Transcribo aquí un parrafo que aparece al principio de tales apuntes.

También es conocido que Tartaglia y Cardano encontraron una fórmula análoga para ecuaciones cúbicas (en la que aparecen raíces cúbicas además de cuadradadas) y que Ferrari encontró otra más compleja para ecuaciones cuárticas. En realidad, más que fórmulas, encontraron métodos de resolución que pueden resumirse en sendas fórmulas, si bien en el caso de las ecuaciones cuárticas, la fórmula es tan compleja que resulta inmanejable, y es preferible describir el proceso de resolución como un algoritmo de varios pasos. Por último, Abel demostró que, para n>4, no existen fórmulas análogas que expresen las raíces de la ecuación general de grado n en función de sus coeficientes a través de sumas, productos, cocientes y extracción de raíces, lo que convierte a las fórmulas de Cardano-Ferrari en dos singularidades algebraicas.


En la materia de matemáticas de 4º de ESO (Educación Secundaria Obligatoria) se resuelven algunas ecuaciones polinómicas de grado superior a tres, siempre y cuando algunas de sus raíces sean enteras (recuérdese que decir raíz de un polinomio es lo mismo que decir solución de la correspondiente ecuación polinómica, es más, a veces se utiliza el término raíz en vez del término solución de una ecuación).

Para resolver estas ecuaciones polinómicas de grado superior a tres se utiliza la conocida regla de Ruffini y el teorema del resto, según el cual, el resto r de dividir un polinomio p(x) entre el binomio xa coincide con el valor numérico para x=a, es decir, r=p(a). En particular, si x=a es una raíz de p(x), tenemos que p(a)=0 y consecuentemente el resto de dividir p(x) entre xa será igual a 0. Así pues el polinomio p(x) factoriza de la forma p(x)=(xa)c(x), donde c(x) es el cociente de la división. Podemos buscar ahora las raíces de c(x) y continuar con el proceso. Hay un importante resultado según el cual las posibles raíces enteras de un polinomio p(x) se encuentran entre los divisores del término independiente. De este modo es fácil encontrar las raíces enteras de un polinomio (incluso algunas más que no sean enteras), y por tanto las soluciones (o raíces) de la correspondiente ecuación polinómica. Además tendremos una descomposición del polinomio en factores. Veámoslo en el siguiente ejemplo.

Resolver la siguiente ecuación:

x7+2x65x519x426x319x26x=0

Las soluciones de la ecuación son las raíces del polinomio

x7+2x65x519x426x319x26x

Una raíz es claramente x=0 (el término independiente del polinomio es cero). Extrayendo factor común tenemos:

x(x6+2x55x419x326x219x6)

Ahora factorizamos el polinomio x6+2x55x419x326x219x6. Para ello utilizamos la regla de Ruffini probando con los divisores del término independiente: Div(6)={±1±2±3±6}.

1251926196111613136116131360110676106760224461223033331110

Si seguimos probando con el resto de divisores del término independiente no volvemos a obtener resto cero. Esto quiere decir que las raíces enteras del polinomio son 1 (doble), 23, y que la factorización del polinomio queda de la forma:

x7+2x65x519x426x319x26x=x(x+1)2(x+2)(x3)(x2+x+1)

El resto de raíces habría que encontrarlas resolviendo la ecuación de segundo grado x2+x+1=0, ecuación que no tiene soluciones reales pues su discriminante es menor que cero:

Δ=12411=14=3<0

De todo lo anterior se desprende que las soluciones de la ecuación 

x7+2x65x519x426x319x26x=0

son:

x1=0, x2=1(doble), x3=2, x4=3

Según lo comentado anteriormente, cada vez que encontremos una raíz entera a, tendremos que xa es un factor del polinomio p(x). Si a vuelve a ser raíz del cociente obtenido se dice que es una raíz doble y xa volverá a ser un factor del polinomio original p(x). De este modo una raíz puede ser simple, doble, triple, etcétera.

Esta sección no es de necesaria lectura para alumnos de 4º de ESO.

Según el teorema fundamental del álgebra, todo polinomio de grado n tiene n raíces. Pero no todas ellas tienen que ser reales, algunas pueden ser raíces complejas. Además, estás últimas, siempre aparecen en parejas de números complejos conjugados. Como la teoría de números complejos no se estudia en las matemáticas de la Educación Secundaria Obligatoria (si acaso se ven «de pasada» en la materia Matemáticas I, de 1º de Bachillerato Científico-Tecnológico), podremos factorizar un polinomio obteniendo factores de grado uno de la forma xa y de grado dos de la forma x2+bx+c que no tengan raíces reales, llamados polinomos irreducibles. A no ser que el polinomio tenga varias parejas de raíces complejas conjugadas y entonces, a un nivel de matemáticas de Secundaria o Bachillerato, habremos de incluir factores irreducibles de grado par mayor que dos. No será este el caso que nos ocupe, desde luego, en el caso particular de las matemáticas de 4º de ESO.

En cualquier caso finalizaremos la factorización del ejemplo anterior resolviendo la ecuación x2+x+1=0 y llamando i=1, que es la unidad imaginaria, el número complejo más conocido y desde el que parte toda la teoría de números complejos. Entre otras cosas porque cualquier estudiante de secundaria que conozca la ecuación de segundo grado es capaz de entender perfectamente este proceso y, al menos, nos habremos acercado un poco a los números complejos.

Resolvamos, finalmente, la ecuación

x2+x+1=0

En este caso los coeficientes son a=b=c=1. Por tanto:

x=1±1241121=1±142=1±32=

=1±312=1±3i2={x1=1+3i2=12+32ix2=13i2=1232i

Las soluciones anteriores (obsérvese que son conjugadas, una es de la forma x1=p+q y otra de la forma x2=pq) son también las raíces del polinomio x2+x+1. Esto quiere decir que el polinomio factoriza de la forma (xx1)(xx2), es decir:

x2+x+1=(x(12+32i))(x(1232i))=

=(x+1232i)(x+12+32i)


Ecuaciones con la incógnita en el denominador o ecuaciones racionales


Si algunos de los términos de una ecuación contienen denominadores en los que aparecen expresiones algebraicas incluyendo la incógnita que se pretende despejar, se pueden suprimir multiplicando todos los términos por el producto de todos ellos o, mejor aún, por su mínimo común múltiplo. Una vez eliminados los denominadores, la ecuación a la que se llega puede ser de las que se saben resolver a un nivel, digamos, de matemáticas de cuarto de Educación Secundaria Obligatoria, es decir, una ecuación de primer o de segundo grado, una bicuadrada o incluso una ecuación con radicales.

Resolvamos, como ejemplo, la ecuación de la imagen superior.

x+1x22x+x1x=2

Para obtener el mínimo común múltiplo de los denominadores debemos factorizar el primero de ellos: x22x=x(x2). Entonces la ecuación es equivalente a esta otra:

x+1x(x2)+x1x=2

Ahora es fácil darse cuenta de que el mínimo común múltiplo de los denominadores es, precisamente, x22x=x(x2). Multipliquemos por él todos los términos.

x(x2)x+1x(x2)+x(x2)x1x=x(x2)2

x+1+(x2)(x1)=2x(x2)

Operando y reduciendo términos semejantes nos queda una ecuación de segundo grado:

x+1+x2x2x+2=2x24xx2+2x+3=0

x=2±224(1)32(1)=

=2±4+122=2±162=2±42={x1=2+42x1=1x2=242x2=3

Veamos que ambas soluciones satisfacen la ecuación original.

1+1(1)22(1)+111=03+21=0+2=2

3+13223+313=43+23=63=2

Te propongo, finalmente, que resuelvas las siguientes ecuaciones con la incógnita en el denominador.

a) xx1+2xx+1=3

b) 5x+2+xx+3=32

c) 1x+1x2=34

d) x+1x+5+1xx4=52

e) x+7x+3+x23x+6x2+2x3=1

Ecuaciones matriciales


Un ecuación matricial es una ecuación donde la incógnita es una matriz. La ecuación matricial más sencilla es de la forma AX=B, donde A es una matriz cuadrada, B es otra matriz y X es la matriz incógnita. La ecuación de primer grado más sencilla también es ax=b, donde a y b son números reales y x es la incógnita. Si a0, la solución es x=ba. Si a=0, tenemos que 0x=0, con lo que b=0 y cualquier número x es solución. Por eso, si a=0, la ecuación no tiene interés alguno. Centrémonos pues en el caso a0. ¿Por qué x=ba es solución de la ecuación? No es difícil de demostrar. Sabemos que si a0, el número a tiene inverso, a1=1a. El inverso de un número a0, tiene la característica de que al multiplicarlo por a se obtiene el número 1 (el uno es el elemento neutro de la multiplicación de números reales). De este modo:

ax=ba1ax=a1b1x=1abx=ba

Así, por ejemplo, la solución de la ecuación 3x=4 es x=43=43. Nos han enseñado que “lo que está multiplicando pasa al otro miembro dividiendo”. Esta regla tan extendida debería de usarse menos. En realidad, lo que se hace es dividir los dos miembros de la igualdad entre 3 o, mejor, multiplicar los dos miembros de la igualdad por el inverso de 3, que es (3)1=13=13. Esta es la propiedad que realmente deberíamos de retener: “si multiplicamos o dividimos los dos miembros de una igualdad por un mismo número (distinto de cero en el caso de que dividamos), la igualdad se mantiene o no varía”.

Como no sabemos dividir matrices, sí que podemos proceder como anteriormente, multiplicando a la izquierda de ambos miembros por A1, para resolver la ecuación AX=B:

AX=BA1AX=A1BIX=A1BX=A1B

Recuerda que I es la matriz identidad. En el caso de orden 3 es I=(100010001). Además, AA1=A1A=I.

La ecuación matricial AX=B es muy útil para resolver sistemas de ecuaciones, en particular sistemas de tres ecuaciones con tres incógnitas. Veamos un ejemplo.

Consideremos el siguiente sistema de ecuaciones:

{2x+y=0y+3z=102x+y+z=8

Este sistema lo podemos reescribir matricialmente así:

(210013211)(xyz)=(4108)

Si llamamos A=(210013211), X=(xyz) y B=(4108), el sistema adopta la forma de una ecuación matricial del tipo AX=B, cuya solución sabemos que es X=AB1.

La inversa de la matriz A=(210013211) es A1=(11232313101). Entonces:

X=A1B=(11232313101)(4108)X=(324)

Por tanto, las soluciones del sistema son x=3., y=2, z=4.

Los matemáticos dedicaron muchos esfuerzos a la resolución de ecuaciones y de sistemas de ecuaciones. De hecho, las soluciones del sistema anterior se pueden obtener aplicando una curiosa regla, llamada regla de Cramer. Pensemos en un sistema cualquiera de tres ecuaciones con tres incógnitas que tenga solución única (hay sistemas que no tienen solución y sistemas que tienen infinitas soluciones):

{a11x+a12y+a13z=b1a21x+a22y+a23z=b2a31x+a32y+a33z=b3

La matriz A se llama matriz de los coeficientes. Esta matriz debe de ser regular o invertible, es decir, debe de tener determinante distinto de cero: |A|0. La matriz B es la matriz de los términos independientes y la matriz X es la matriz incógnita.

Pues bien, la regla de Cramer dice que las incógnitas pueden calcularse del siguiente modo:

x=|b1a12a13b2a22a23b3a32a33||A| ; y=|a11b1a13a21b2a23a31b3a33||A| ; z=|a11a12b1a21a22b2a31a32b3||A|

En nuestro ejemplo, |A|=2. Por tanto:

x=|4101013811|2=(4+24+0)(0+10+12)2=28222=62x=3

y=|2400103281|2=(20+24+0)(0+0+48)2=44482=42y=2

z=|2140110218|2=(16+20+0)(8+0+20)2=36282=82z=4

¿Por qué funciona esta regla? Bueno, no lo vamos a hacer aquí, pero un buen ejercicio sería intentar demostrarla.

En general, la inversa de una matriz sirve para calcular ecuaciones matriciales de muchos tipos. Hagamos otro ejemplo.

El siguiente problema se propuso en el año 2019 en Castilla-La Mancha.

Enunciado

Dadas las matrices A=(111110210), B=(122011112) y C=(011110012), calcular razonadamente la matriz X que verifica AX2B=C.

Solución

En primer lugar, calcularemos la inversa de la matriz A.

|A|=(0+0+1)(2+0+0)=1+2=1. Como |A|0, existe la inversa de A.

La matriz adjunta de A es Ad=(001123112). Entonces:

A1=1|A|(Ad)t=11(011021132)A1=(011021132)

Resolvamos ahora la ecuación matricial. Lo primero es despejar la matriz incógnita X:

AX2B=CAX=C+2BA1AX=A1(C+2B)X=A1(C+2B)

Obsérvese que hemos multiplicado por la inversa de A por la izquierda en ambos miembros de la igualdad. No se puede hacer por la derecha porque las matrices no cumplen la propiedad conmutativa y, en principio, AXA1A1AX. Ahora, operando:

X=(011021132)[(011110012)+2(122011112)]=

=(011021132)(255132216)=(328451091223)

Supongamos ahora que, con las mismas matrices que en el ejercicio anterior, la ecuación matricial que se pide resolver es la siguiente:

XB2X+AB=C

Esta ecuación matricial es un poco más complicada que la anterior. En primer lugar, vamos a pasar al segundo miembro los términos que no contienen la incógnita:

XB2X=CAB

Ahora, para despejar la incógnita X, debemos de sacarla factor común en el primer miembro. Pero no debemos de extraerla así: X(B2). Esto es porque no tiene sentido realizar la resta B2, es decir, no se  puede restar una matriz B de orden tres con el número 2. Lo que tenemos que hacer es pensar que 2X=2IX=2XI=X2I, donde I es la matriz identidad de orden tres. Recuerda que esta matriz es el elemento neutro de la multiplicación en el conjunto de las matrices cuadradas de orden tres. Entonces:

XB2X=CABXBX2I=CABX(B2I)=CAB

X(B2I)(B2I)1=(CAB)(B2I)1X=(CAB)(B2I)1

Se tiene que

B2I=(122011112)=(200020002)=(122011110)

Esta matriz tiene inversa ya que su determinante es distinto de cero:

|122011110|=(0+2+0)(2+0+1)=2(1)=3

La matriz adjunta y la matriz traspuesta de la adjunta de B2I son, respectivamente, las siguientes:

(B2I)d=(111221411) ; ((B2I)d)t=(12412111l31)

Por tanto, la matriz inversa de B2I es:

(B2I)1=1|B2I|((B2I)t)t=13(12412111l31)=(132343132313131313)

Por otro lado,

CAB=(011110012)(011021132)(122011112)=

=(011110012)(225111233)=(236221221)

Finalmente:

X=(CAB)(B2I)1=(236221221)(132343132313131313)=(1134317353731135373113)


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Cálculo de inversas de matrices de orden 3


Lo mejor es ver cómo se hace con un ejemplo concreto.

Consideremos la matriz

A=(210013211)

El objetivo es hallar una matriz A1 tal que AA1=A1A=I, donde

I=(100010001)

es la matriz identidad de orden 3. Esta matriz, A1, se llama inversa de A.

Lo primero de todo es hallar el determinante de la matriz A. Esto es porque hay un teorema que dice que “una matriz cuadrada tiene inversa si, y solo si, su determinante es distinto de cero”. Por tanto, si el determinante de la matriz A es igual a cero, la matriz A no tendrá inversa y se detiene el proceso. Si el determinante no es cero, su valor nos servirá para hallar la inversa de la matriz A usando una fórmula que veremos al final.

Ahora debemos de hallar una matriz, llamada matriz adjunta de la matriz A, que la vamos a denominar Ad. Esta es una matriz muy peculiar pues cada uno de sus elementos son lo que se llaman adjuntos. Es un proceso puede que, al principio, un poco largo, pero es muy sencillo.

Del primer elemento de la matriz A, que es el a11=2 vamos a eliminar la fila y la columna donde se encuentra. Observaremos entonces que queda una matriz de orden 2. Fíjate:

(210013211)(1311)

Ahora hallamos el determinante de esta última matriz de orden 2:

|1311|=13=2Δ11=2

El determinante anterior recibe el nombre de menor complementario del elemento a11 de la matriz A, y como acabas de ver, se escribe con el símbolo Δ11. Cada elemento aij de la matriz A tendrá su menor complementario Δij, que se obtendrá haciendo el determinante de la matriz de orden 2 que resulta de eliminar la fila y la columna donde se encuentra el elemento aij.

Vamos a hallar los ocho menores complementarios restantes. Esto, con el tiempo, lo harás de cabeza, sin necesidad de escribirlos. Imagina, además, la fila y la columna de las que has de prescindir para obtener el correspondiente menor de orden dos.

(210013211)(0321)Δ12=|0321|=06=6

(210013211)(0121)Δ13=|0121|=02=2

(210013211)(1011)Δ21=|1011|=10=1

(210013211)(2021)Δ22=|2021|=20=2

(210013211)(2121)Δ23=|2121|=22=0

(210013211)(1003)Δ31=|1003|=30=3

(210013211)(2003)Δ32=|2003|=60=6

(210013211)(2101)Δ33=|2101|=20=2

Es muy importante andar con sumo cuidado en el cálculo de los menores complementarios sobre todo con la regla de los signos al multiplicar y al restar.

El siguiente paso es hallar el adjunto asociado a cada menor complementario Δij, que lo llamaremos Aij. Esto es muy sencillo porque los adjuntos son exactamente iguales que los menores complementarios si la suma de su fila y columna es par, y son los menores complementarios cambiados de signo si la suma de su fila y de su columna es impar. Un poco “lioso” de decir pero muy fácil de ver:

A11=Δ11=2. No cambiamos el signo porque 1+1=2, que es par.

A12=Δ12=(6)=6. Cambiamos el signo porque 1+2=3, que es impar.

A13=Δ11=2. No cambiamos el signo porque 1+3=4, que es par.

A21=Δ21=1. Cambiamos el signo porque 2+1=3, que es impar.

A22=Δ22=2. No cambiamos el signo porque 2+2=4, que es par.

A23=Δ23=0=0. Cambiamos el signo porque 2+3=5, que es impar (aunque el cero queda igual).

A31=Δ31=3. No cambiamos el signo porque 3+1=4, que es par.

A32=Δ32=6. Cambiamos el signo porque 3+2=5, que es impar.

A33=Δ33=2. No cambiamos el signo porque 3+3=6, que es par.

Pues bien, hecho esto ya casi hemos terminado. Ahora construimos una matriz, llamada matriz adjunta de la matriz A, y que nombraremos así: Ad. Los elementos de esta matriz son los adjuntos que hemos hallado anteriormente:

Ad=(A11A12A13A21A22A23A31A32A33)

En nuestro ejemplo la matriz adjunta será:

Ad=(262120362)

La matriz inversa de la matriz A viene dada por la siguiente fórmula:

A1=1|A|(Ad)t

En la fórmula anterior la matriz (Ad)t es la traspuesta de la matriz adjunta.

En nuestro ejemplo esta última matriz es

(Ad)t=(213626202)

y, finalmente, la inversa de A será, aplicando la fórmula:

A1=1|A|(Ad)t=12(213626202)A1=(11232313101)

Ahora se puede hacer la comprobación de que, efectivamente, la inversa está bien hecha:

AA1=(210013211)(11232313101)=(100010001)=I

A1A=(11232313101)(210013211)=(100010001)=I


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Un problema de trigonometría


Enunciado

En un rectángulo ABCD de lados 8 cm y 12 cm, se traza desde B una perpendicular a la diagonal AC, y desde D, otra perpendicular a la misma diagonal. Sean M y N los puntos donde estas perpendiculares cortan a la diagonal. Halla la longitud del segmento MN (ver figura).

Solución

La idea es hallar la diagonal AC y luego hallar AN=MC. De este modo tendremos que MN=AC2AN.

En el triángulo ABC, que es rectángulo en B, por el teorema de Pitágoras, se tiene (ver figura):

AC2=122+82AC2=208AC14,42cm

En el mismo triángulo anterior también podemos hallar el ángulo α, haciendo uso de la tangente:

tgα=812α=arctg812α=33,69º

Para hallar AN vamos a usar el triángulo AND, que es rectángulo en N (ver figura siguiente).

En él, está claro que β=90ºαβ=90º33,69ºβ=56,31º. Convéncete observando el rectángulo inicial y los dos triángulos anteriores.

Entonces:

cosβ=AN8AN=8cos56,31AN=4,44cm

Finalmente:

MN=AC2AN=14,4224,44MN=5,54cm

open birthday greeting card near pen

El cumpleaños


La intuición a veces no nos funciona tan bien como creemos. Por ejemplo, supón que te encuentras en grupo con otras 22 personas. ¿Cuál crees que sería la probabilidad de que dos de ellas celebren su cumpleaños el mismo día? Si nos dejamos llevar por la intuición pensarás que es complicado que en un grupo de 23 personas, dos de ellas cumplan años el mismo día y, por tanto, que esta probabilidad deba ser baja. Digamos ¿un 10% más o menos? ¿Qué te parece? Es decir, ¿cada 100 veces que nos encontremos un grupo de 23 personas, en 10 de ellas, aproximadamente, habrá coincidencia en la fecha de cumpleaños de dos de sus componentes? ¿Es elevado este porcentaje o probabilidad? ¿Es escaso? ¿Te parecería una buena estimación?

Veamos lo que dicen las matemáticas al respecto, en concreto la teoría de probabilidades.

La probabilidad de que ocurra un suceso determinado A, que escribiremos P(A), se rige por la famosa regla de Laplace, según la cual esta probabilidad es igual al número de casos favorables de que ocurra el suceso A, dividido entre el número de casos posibles en que se puede dar el suceso A.

Simbólicamente: P(A)=número casos favorablesnúmero casos posibles

De este modo la probabilidad de que dos personas no cumplan años el mismo día es: 365365364365=1328601332250,997260274

Lo que supone un porcentaje superior al 99,7%. Esto es así porque, elegida una persona cualquiera, debe haber nacido uno de los 365 días del año (estamos prescindiendo de los años bisiestos) y, para esta persona, el número de casos favorables es igual que el número de casos posibles: 365. Ahora bien, si elegimos otra persona, el número de casos favorables se reducirá a 364, uno menos que antes, pues no puede cumplir años el mismo día que la persona anterior. El número de casos posibles sigue siendo 365.

Es como calcular cuántos pares de días distintos se pueden elegir al año. En cualquier orden. Para el primer día del par hay 365 posibilidades y para el segundo día del par quedan 364, ya que alguno tuvo que haber sido usado para la primera persona. Por eso los casos favorables son: 365364=132860

Los casos posibles serían, visto de este modo, todos los posibles pares de días que se pueden formar en el año. Por lo tanto son: 365365=133225

En realidad, estamos utilizando una conocida regla para contar, el principio de la multiplicación o del producto. Podemos imaginar dos bombos con 365 bolas cada uno, numeradas desde el número 1 hasta el número 365, una para cada uno de los días del año (insistimos en que no contaremos los años bisiestos). Para los casos favorables utilizaremos un bombo completo para la primera persona, y el otro bombo con una bola menos para la segunda persona, justo aquella bola con el número en que cumple los años la primera persona. Está claro que para cada bola del primer bombo hay 364 bolas del segundo bombo. En total, como ya se había visto, 365364=132860 parejas distintas de números para los casos favorables.

Si ahora tuviéramos tres personas y quisiéramos saber la probabilidad de que ninguna de las tres hubiese nacido el mismo día, los casos favorables serían todas las posibles ternas de días del año sin repetición. O sea, siguiendo la argumentación anterior: 365364363=48228180

Y los casos posibles ahora serían, naturalmente: 365365365=48627125

Aplicando la regla de Laplace, la probabilidad de que ninguna de las tres personas hayan nacido el mismo día es, por tanto: 48228180486271250.991795834

Si siguiéramos con cuatro personas, la probabilidad de que ninguna de ellas hayan nacido el mismo día es, siguiendo el mismo proceso: 365364363362365365365365=17458601160177489006250,9836440875

Podríamos seguir así con grupos formados por más personas: cinco, seis, siete, etcétera; y calcular la probabilidad de que ninguna de ellas haya nacido el mismo día. En concreto si llegamos a un grupo de 23 personas se tiene: 3653643633623463453443433653653653653653653653650,4927027656

Es decir, la probabilidad de que, en un grupo de 23 personas, ninguna de ellas haya nacido el mismo día es, aproximadamente, 0,4927 (en tanto por ciento 49,27%). Esto quiere decir que, en ese mismo grupo, la probabilidad de que dos de ellas sí que celebren su cumpleaños el mismo día es 10,4927=0,5073, que supone un porcentaje del 50,73%.

Por tanto nuestra supuesta intuición estaba lejos de la realidad. En un grupo de, al menos 23 personas, la probabilidad de que dos de ellas celebren su cumpleaños el mismo día es de más del 50%.

¡Haz la prueba cuando te encuentres en grupo de esta índole y ya me contarás!

El número e


Si se introduce el número e, uno de los números reales más importantes, a la manera matemáticamente formal, quizás dé un poco de miedo. Así que lo haré de una forma, si no divertida, al menos curiosa. Para ello prácticamente transcribiré parte de un libro cuyo título es Matemática, ¿estás ahí?. Su autor es Adrián Paenza. Adrián es doctor en Matemática, profesor y también un reconocido periodista en los ámbitos deportivo y político. Recomiendo encarecidamente la lectura de su libro.

Pues bien, empecemos.

Supongamos que una persona tiene un capital de 1 euro. Y vamos a suponer también que el interés que le pagan anualmente por ese euro es del 100%. Es sólo un ejemplo, ya sabemos que no existe ni existirá tal banco, pues se arruinaría antes de empezar. Pero da igual, será un ejemplo que nos servirá. Así que seguid el razonamiento.

Capital: 1 euro

Interés: 100% anual

Si uno hace la inversión en el banco y se va a su casa, ¿cuánto dinero tiene cuando vuelve justo al año? Está claro, como el interés es del 100%, al año el señor tiene 2 euros: uno que corresponde a su capital y otro que es producto del interés que le pagó el banco.

Capital al cabo de un año: 2 euros

Supongamos ahora que el señor decide poner su dinero no a un año, sino sólo a seis meses. El interés (a lo largo de todo este ejemplo) permanecerá constante: siempre será de un 100%. Al cabo de seis meses entonces, el señor ¿cuánto dinero tiene? Está claro que tiene 1,5 euros.

Esto es porque como invirtió el mismo capital de 1 euro a un interés del 100% pero sólo durante la mitad del año, le corresponde un interés de la mitad de lo que invirtió y, por eso, le corresponden 0,5 euros de interés. Es decir, su nuevo capital es de 1,5 euros.

Prestad atención porque ahora viene lo bueno. Si ahora el señor decide reinvertir su nuevo capital en el mismo banco, con el mismo interés (100%) y por otros seis meses para llegar nuevamente al año como antes, ¿cuánto dinero tiene ahora?

Nuevo capital: 1,5 euros

Interés: 100% anual

Plazo que lo deposita: 6 meses

Al finalizar el año tiene:

1,5+121,5=2,25

¿Por qué? Porque el capital que tenía a los seis meses iniciales no se toca: 1,5 euros. El nuevo interés que cobra es de la mitad del capital, porque el dinero lo pone a un interés del 100% pero sólo por seis meses. Por eso, tiene 1/21,5=0,75 como nuevo dinero que le aporta el banco como producto de los intereses devengados.

MORALEJA: al señor le conviene (siempre que el banco se lo permita) depositar el dinero en primer lugar a seis meses y luego renovar el plazo fijo a otros seis meses. Si comparamos con lo que le hubiera correspondido en el primer caso, al finalizar el año tenía 2 euros. En cambio, reinvirtiendo en la mitad, al cabo de 365 días tiene 2,25 euros.

Supongamos ahora que el señor coloca el mismo euro que tenía originalmente, pero ahora por cuatro meses. Al cabo de esos cuatro meses, reinvierte el dinero, pero por otros cuatro meses. Y finalmente, hace una última reinversión (siempre con el mismo capital) hasta concluir el año. ¿Cuánto dinero tiene ahora? Veamos.

Al principio del año el señor tiene:

1

A los cuatro meses (o sea, transcurrido 1/3 del año) tiene:

1+13

A los siguientes cuatro meses (ocho desde el comienzo) tiene:

(1+13)+13(1+13)=(1+13)(1+13)=(1+13)2

Esto sucede porque a los cuatro meses el capital es de (1+1/3) y, al cabo de otros cuatro meses, tendrá el capital más un tercio de ese capital. La cuenta que sigue despues se obtiene de sacar factor comun (1+1/3) en el primer miembro de la igualdad.

Ahora bien: cuando el señor invierte (1+1/3)2 por otros cuatro meses, al llegar justo el fin del año, el señor tendrá el capital (1+1/3)2 más 1/3 de ese capital. O sea:

(1+13)2+13(1+13)2=(1+13)2(1+13)=(1+13)3=2,370370370

Os habréis apercibido de que ahora nos queda la tentación de hacerlo no sólo cada cuatro meses, sino cada tres meses. Podéis echar la cuenta y obtendréis que, al cabo de un año el señor tendrá:

(1+14)4=2,44140625

Si lo hiciera cada dos meses, tendría que reinvertir su dinero seis veces al año:

(1+16)6=2,521626372

Si lo hicera una vez al mes, reinvirtiría doce veces por año:

(1+112)12=2,61303529

Como podéis ver, al señor le conviene poner su dinero a plazo fijo, pero haciéndolo con un plazo cada vez más corto y reinvirtiendo lo que obtiene (siempre con el mismo interés).

Supongamos que el banco le permitiera al señor renovar su plazo diariamente. En este caso, el señor tendría:

(1+1365)365=2,714567475

Y si lo hiciera una vez por hora, como en el año hay 8760 horas, tendría:

(1+18760)8760=2,718126664

Y si se le permitiera hacerlo una vez por minuto, como en el año hay 525600 minutos, su capital resultaría ser:

(1+1525600)525600=2,718279243

Y, por último, supongamos que le permitieran hacerlo una vez por segundo. En este caso, como en el año hay 31536000 segundos el capital que tendría al cabo de un año sería:

(1+131536000)31536000=2,718281785

MORALEJA: si bien uno advierte que el dinero al finalizar el año es cada vez mayor, el dinero que uno tiene al final no aumenta indiscriminadamente.

Hagamos un resumen de la lista que acabamos de escribir, en la que aparezca las veces al año que renueva su capital y su capital final:

1 vez al año – 2

2 veces al año – 2,25

3 veces al año (cuatrimestral) – 2,37037037…

4 veces al año (trimestral) – 2,44140625…

6 veces al año (bimestral) – 2,521626372…

12 veces al año (mensual) – 2,61303529…

365 veces al año (diario) – 2,714567475…

8.760 veces al año (por hora) – 2,718126664…

525.600 veces al año (una vez por minuto) – 2,718279243…

31.536.000 veces al año (una vez por segundo) – 2,718281785…

Lo que es muy interesante es que estos números, si bien crecen cada vez que el interés se cobra más frecuentemente, no lo hacen en forma ni arbitraria ni desbocada. Al contrario: tienen un tope, están acotados. Y la cota superior (es decir, si uno pudiera imaginariamente estar renovándolo a cada instante) es lo que se conoce como el número e (que es la base de los logaritmos naturales o neperianos). No sólo es una cota superior, sino que es el número al cual se está acercando cada vez más la sucesión que estamos generando al modificar los plazos de inversión.

El número e es un número irracional, cuyas primeras cifras decimales son:

e=2,718281828

El número e es uno de los números más importantes de la vida cotidiana, aunque su relevancia está generalmente escondida para el gran público. Habría que divulgar mucho más sobre él. Por ahora, nos contentamos con celebrar su curiosa aparición en este escenario, mostrándolo como el límite (y también la cota superior) del crecimiento de un capital de 1 euro a un interés del 100% anual y renovado periódicamente.