Entre cruces polvorientas
argumentaste tu estado.
Desde el frío los olores
te postran de lado a lado
para encontrar en tu carne
lo que olvidó tu costado.
Crines bellas y distintas
fueron allá cuerpo opaco
donde trabajar la luna
y reverdecer estadios,
donde tú nunca estuviste
y donde pusiste los labios.
Quiero encontrar en tu vida
lo que no estuvo en mi estómago,
acotar las estructuras
que van llenando tus fardos,
esperar en la baranda
nutrientes desesperados
y descubrir como nunca
lunas negras y calvarios.
Entre olivos voy perdiendo
una alberca, un verde manto,
aquella peña entre juncos:
tus arrestos desarmados.
Adiós piedra sobre piedra,
jardines, cuevas y charcos
donde caer mutuamente
y de esta forma mojarnos.
Rodar entre laberintos,
cabeza, ojos y manos.
Resurrección en tu cripta
alzada de tierra y barro.
De amor soy moribundo,
por mi amor se van los años,
con amor se van cubriendo
las batallas y los campos.
En la distancia amanecen
mórbidos cuerpos de santos
abriendo heridas de lanzas,
curva luz sobre mi hermano.