Descubro macabras operaciones en la lánguida mesa y me olvido. Descubro paciente la transparencia que me musita notas al oído y veo, no sé si ya inútil, ciertos acordes masticando los ruidos. Es inútil esta luna y su día creciente, continuo de famélicos gritos. Es la presencia infame e ingrávida masticando bocados finitos, dirigiéndose hacia una noche silente donde se tambalean los principios y se ocultan esos futuros en los soplos de un pronto reinicio.