Es su mirada un grito que ardiente se desgarra y atravesando espejos rebota y se me viene creando nudos espesos, arterias en la boca de sangre grana y tierna y lluvia turbia y pronta. En un futuro eterno se va erigiendo siempre estando sin atisbo, sin ser nada o todo, a través de este mundo complaciente e incauto, una vida lejana que se escapa a los ojos. Por eso espero abrazos y quiero los alientos más allá de la ciencia que supone este viaje hacia un agujero tan negro como incierto, como una luna negra y un día sin noche.